Rolling Manila
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Inteligencias Colectivas
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Entre las soluciones uniformadoras del mundo desarrollado y la heterogeneidad de las culturas locales
Era ya casi de noche cuando abandonamos el aparcamiento de la terminal del Manila Ninoy Aquino International Airport en una furgoneta conducida por Johann, nuestro colaborador de Intramuros Administration. Entre el caos circulatorio, las lunas tintadas y las interferencias mentales que te abordan cuando pisas un país por primera vez, tardamos unos minutos en procesar que algo pasaba en el atasco. De repente: —Johann, ¿qué es eso? —Un jeepney —contesta. Y conforme avanza su explicación se nos van dilatando las pupilas al comprender que estamos ante lo que en Inteligencias Colectivas denominamos un unicornio azul o el ejemplo paradigmático de por qué llevamos diez años recorriendo el mundo con este proyecto. En el jeepney confluyen todos los puntos que sostienen nuestra investigación y lucha, a saber: reutilización, ensamblaje, customización, código abierto, reprogramable y transparentador sociocultural.
Pronto empezamos a comprender que existe todo un ecosistema de vehículos, owners, triciclos, pedicabs o kuligligs que, junto con los mencionados jeepneys, conviven en las calles de Manila como especies rodantes para el transporte de mercancías, personas o la venta ambulante y que, como en un sueño darwiniano, surgen de la adaptación natural al entorno gracias a una red de fabricantes que trabajan a pie de calle y que conforman una auténtica industria de automoción distribuida. A estos se unen usuarios y comerciantes para sostener una cultura y una sociedad que conmuta permanentemente y siempre está a punto de tomar un tentempié.
Todas estas joyas de la adaptación urbana, fruto de la infinita capacidad de resiliencia y de la potencia creadora que reside en toda sociedad humana, están en peligro de extinción en virtud de lo que, desde un punto de vista miope, consideramos progreso. En nuestra opinión, uno de los retos para los arquitectos y los diseñadores del siglo XXI es aprender de estos diseños naturalmente inteligentes, diversos e informales, denostados habitualmente por nuestras profesiones, para legitimarlos y otorgarles el increíble valor cultural, estético y funcional que merecen. El objetivo, al fin, es siempre el mismo: hibridar este conocimiento informal con nuestros propios conocimientos científicos, obteniendo soluciones innovadoras que además garanticen la seguridad y la salubridad necesarias.
Por qué viajamos a Manila: un ecosistema rodante
El entonces primer secretario de la Embajada de España en Filipinas, Guillermo Escribano, invitó a IC para que, en colaboración directa con entidades locales como Intramuros Administration, la asociación de comerciantes Sanamai y los estudiantes del Design Center of the Philippines y la Escuela Taller, desarrolláramos un taller durante quince días de análisis y prototipado en torno a la problemática de los vendors y sus puestos (originalmente ambulantes) de comida en el entorno del distrito de Intramuros. El reto particular era lidiar con el estado de degradación que estos presentaban después de tantos años de uso a la intemperie. A pesar de ello, la mayoría funcionan con una actividad frenética, tienen una estrecha relación con sus clientes y hacen gala de innumerables adaptaciones, extensiones, fusiones y decoraciones de todo tipo.
A esta situación se le añadía un factor interesante: todos los puestos eran originalmente iguales. Unas casetas prefabricadas como un pastiche estético e inconsistentemente pensadas para su función. Un modelo diseñado y construido por una empresa multinacional que los distribuyó entre la comunidad vendor gracias a un acuerdo con las autoridades locales allá por los años noventa. Según supimos, no era la primera vez que se utilizaba esta estrategia, que parecía dirigida a ofrecer un aspecto uniforme a este tipo de venta callejera tan vinculada a la cultura filipina. Más de veinte años después, la intención de las autoridades era encargar un centenar de nuevos stalls a alguna multinacional para que los volviera a producir deslocalizadamente; pero gracias a la labor de Guillermo Escribano y Guiller Asido, tuvimos la oportunidad de aplicar nuestra metodología y proponer una solución alternativa con un fin más inclusivo e innovador, pues pretendía demostrar que la propia fuerza productiva y creativa distribuida por los barrios manilenses era más que suficiente para diseñar, construir y entregar los cien puestos.
‘The food stalls’: introducción al proyecto Rolling Manila y sus cuatro fases
Entendemos que estamos actuando en un entorno complejo donde los propietarios de los puestos están estrechamente vinculados con sus clientes, ya sean estudiantes, trabajadores o conductores de pedicabs. En esta ecuación también hay que incluir la comunidad de vendedores de alimentos móviles, personas que suministran agua potable y otros «actores urbanos» que completan un colorido y vibrante ecosistema en el que todos dependen de todos para mantener su medio de vida. Por eso, si queremos preservarlo con vistas a poder mejorarlo, es crucial comprender cómo funcionan.
Fase 1. Investigación, visibilización y sensibilización
Se realizó un centenar de entrevistas entre los vendedores durante los primeros días del taller, recopilando información sobre horarios, tipos de clientes, platos más vendidos, hora más popular, etc. El propósito de este ejercicio no solo era recopilar información, sino visibilizar a la comunidad vendor dando el reconocimiento adecuado a su actividad como parte de un urbanismo emergente que directa e indirectamente soporta muchas vidas.
Tras esta fase concluimos varias recomendaciones:
— No alterar la ubicación de los puestos, ya que entendemos que las lógicas y el equilibrio dentro de la comunidad de vendedores ambulantes son complejos y delicados. No sería deseable, por tanto, estropearla involuntariamente.
— La necesidad de servicios comunes (baños, electricidad, agua corriente).
— Las autoridades deben dar una solución general, pero que sea capaz de respetar la diversidad, las estéticas y las formas de hacer locales.
— Cerrar algunas calles al tráfico rodado (Santo Tomás, por ejemplo), e incluso valorar la posibilidad de peatonalizar todo Intramuros.
— Estudiar el ecosistema humano interdependiente. La red que sostiene la venta de comida en la calle incluye clientes (trabajadores, estudiantes, pedicabers) y proveedores, así como otras tipologías de vendedores ambulantes que actúan como satélites.
Fase 2. Trabajo de campo en los barrios de Manila
Además de los vendedores ambulantes en Intramuros, visitamos varios lugares en Manila relacionados con gremios autoconstituidos, tecnologías informales y expertos locales. Conocer los lugares donde se producen jeepneys y pedicabs, áreas de oportunidad o mercados emergentes nos da un conocimiento del medio esencial y es el punto de partida para cualquier propuesta.
Fase 3. Prototipado: construir adaptaciones y mejoras sobre un antiguo ‘stall’
Como ya hemos dicho, el propósito de IC es siempre aprender de las técnicas, materialidades y soluciones inteligentes locales (jeepneys y pedicabs son ejemplos) para transferirlas a dispositivos arquitectónicos. En colaboración con nuestros socios y expertos locales, diseñamos y produjimos la actualización de un puesto de comida callejera de Intramuros en estado de ruina para proponer soluciones de diseño a las necesidades contemporáneas de la comunidad de vendedores ambulantes. Lo llamamos Kalamansi en honor a nuestro cítrico local favorito.
Fase 4. Evento público y celebración
El prototipo Kalamansi se presentó en la Escuela Taller el 29 de noviembre de 2017, con una conferencia de prensa y mensajes de todas las partes implicadas. Todos tuvimos la oportunidad de compartir comida en torno al puesto, opiniones y posibles mejoras para un futuro modelo definitivo.
El prototipo Kalamansi: una propuesta escalable
Con el fin de atender las diferentes situaciones de la comunidad dentro de Intramuros, propusimos y desarrollamos cuatro estrategias en orden de complejidad, pero todas ellas compatibles. La implementación de una, dos, tres o todas ellas dependerá de la cantidad de tiempo y los recursos disponibles.
Estrategia 1. ‘Custo-Refurbishment Strategy’
Lo primero sería proporcionar a los puestos y los espacios que los rodean mejoras en su seguridad y salubridad. Esta rehabilitación debe ir acompañada de unas directrices estéticas más «limpias», no confundir con aplicar una uniformidad sin alma. La idea es proporcionar unos amplios catálogos de colores, patrones, tipografías, soportes, acabados y piezas decorativas para que los dueños puedan escoger y adaptar el puesto, sus fachadas, mostradores y menaje a su antojo.
Podemos ver un ejemplo de todo esto en la propia flota de jeepneys que opera en la ciudad. Todos son la misma tipología de vehículo, con las mismas partes y áreas decorativas, pero gracias a su capacidad de personalización se ven totalmente diferentes entre sí. Algunos son básicos, casi minimalistas; otros son coloridos, llenos de fantasía y comodidades.
Expectativas:
— Aspecto más limpio y garantía de una mínima seguridad.
— Diferenciación.
Estrategia 2. ‘The Very Best Upgrades’
Cuando se trata de mejorar los puestos, nada mejor que aprender de los expertos. Incluso con pocos medios, los propietarios están implementando por su cuenta actualizaciones que nos dan pistas sobre cómo podría verse el puesto ideal si las reuniéramos en un solo kit de mejora: placas solares para el suministro eléctrico, mostradores alicatados de baldosas cerámicas (en lugar de hule o goma), ventiladores orbitales, fregaderos portátiles, espejos, infraestructura para la conservación de alimentos (menaje inoxidable, tapas, vitrinas, neveras), espantamoscas automático, sistemas de toldos, salón de la fama con los mejores clientes... Estas mejoras se podrían regular y replicar en casi cada puesto e incluso podríamos añadir alguna como, por ejemplo, puertos de recarga USB.
Expectativas:
— Más activos y comodidades para los clientes.
— Comodidad y seguridad tanto para los propietarios como para los clientes.
— Sentimiento de pertenencia.
Estrategia 3. “The Backpack Strategy”
Cuando se trata de mejorar los puestos, nada mejor que aprender de los expertos. Incluso con pocos medios, los propietarios están implementando por su cuenta actualizaciones que nos dan pistas sobre cómo podría verse el puesto ideal si las reuniéramos en un solo kit de mejora: placas solares para el suministro eléctrico, mostradores alicatados de baldosas cerámicas (en lugar de hule o goma), ventiladores orbitales, fregaderos portátiles, espejos, infraestructura para la conservación de alimentos (menaje inoxidable, tapas, vitrinas, neveras), espantamoscas automático, sistemas de toldos, salón de la fama con los mejores clientes... Estas mejoras se podrían regular y replicar en casi cada puesto e incluso podríamos añadir alguna como, por ejemplo, puertos de recarga USB.
Expectativas:
— Más activos y comodidades para los clientes.
— Comodidad y seguridad tanto para los propietarios como para los clientes.
— Sentimiento de pertenencia.
Estrategia 4. ‘Exoskeleton’
El estado general de los puestos era de evidente deterioro, algunos incluso ruinoso. Esta última estrategia consiste en diseñar y construir con lógicas manilenses una estructura de acero que protegerá y dará espacio adicional para el almacenamiento y el descanso, pero también una estructura de apoyo para futuros desarrollos cuando ya no se puedan reparar las piezas del puesto.
Este esqueleto exterior será el marco para futuras implementaciones a medida que el antiguo puesto «desaparezca» o lleguen nuevas necesidades. Si un propietario necesita más estantes o un nuevo mostrador, solo tendrá que lijar el área pintada para soldar la nueva estructura.
Expectativas:
— Más resistencia.
— Fácil de actualizar y mejorar por los propietarios.
— Más espacio de trabajo.
— Más espacio de almacenamiento.
— Lugar para el descanso de propietarios (dos personas).
— Áreas cubiertas adecuadas e incluso de interconexión con el siguiente puesto.
Esta cuarta estrategia es compatible con todas las anteriores, pudiendo implementar un modelo all-in-one que aúne las cuatro.
Próximos pasos: a las puertas de un cambio radical
Gracias a la experiencia Rolling Manila, pudimos comprobar de primera mano que la ciudad está preparada para el reto de alterar las lógicas globalizadas y afrontar, ella misma, la fabricación de estos cien puestos de comida y, en realidad, cualquier elemento de su ecosistema rodante, sin necesidad de externalizarlo.
Si tan solo el Gobierno diese el paso para crear una suerte de plan estratégico que recopile técnicas locales, apoyando y contratando la red de expertos que conforman la gigantesca industria distribuida que posee, sería capaz de entrar de lleno en las lógicas de la cuarta revolución industrial. Construyendo piezas que se adecúan a las condiciones climáticas y al contexto cultural; utilizando la fuerza local, los materiales y las técnicas como una alternativa a la producción externalizada (a China, por ejemplo). Un modelo siempre insostenible, el de las líneas de montaje de grandes compañías que dan resultados siempre impersonales.
Estamos preparados para afrontar las próximas etapas de nuestra colaboración y ofrecer un modelo final de stall totalmente basado y producido de acuerdo con la cultura filipina. Tenemos una oportunidad única para ejecutar la primera política pública, impulsada por el Gobierno, claramente comprometida con el conocimiento, la protección y la promoción de la economía y la cultura locales.
Zoohaus es una plataforma de creatividad en red constituida como asociación cultural sin ánimo de lucro. Integrada en su mayoría por arquitectos, lleva desde 2007 realizando proyectos en el ámbito del urbanismo y la arquitectura, centrándose en la vertiente más social y participada de estas disciplinas. En 2010, Zoohaus crea el proyecto Inteligencias Colectivas (IC) como una línea de investigación y acción que se ha prolongado durante todos estos años.
Inteligencias Colectivas es una base de datos abierta que recopila y comparte detalles constructivos no estandarizados y «pactos en la ciudad» en entornos urbanos emergentes, lo que últimamente se viene denominando «urbanismo táctico». IC se nutre de talleres que realiza alrededor del mundo en colaboración necesaria con agentes locales para la generación de contenido teórico y la construcción de prototipos en lugares como Palomino (Colombia), Lima (Perú), Santiago de Chile (Chile), Santo Domingo (República Dominicana), Berlín (Alemania), Budapest (Hungría), Managua (Nicaragua), Bata y Malabo (Guinea Ecuatorial), Seúl (Corea de Sur), Karachi y Lahore (Pakistán), Manila (Filipinas), Madrid y Bilbao (España), entre otros.
Zoohaus ha sido apoyada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Matadero Madrid (España), la Escuelab de Lima (Perú) y los Centros Culturales de España (CCE) en Malabo, Bata, Lima, Managua y Santo Domingo, así como por distintas embajadas españolas, entre otras instituciones públicas y privadas, y ha colaborado con instituciones de referencia internacional como el Goethe Institut (Alemania), el MAK de Viena (Austria) y el MoMA de Nueva York (Estados Unidos).
This publication is commissioned by the Embassy of Spain in the Philippines in conjunction with the Spanish Cooperation through the Spanish Agency for International Development Cooperation (AECID). The views expressed herein are the sole responsibility of the authors and do not necessarily reflect the views of the AECID nor of the Embassy.
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